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Parto inducido: ¿Qué es y qué se debe tener en cuenta?

Si llegaste a las 40 semanas, puedes pensar en la inducción del parto. Conoce qué es, cómo es el proceso y cuáles son los riesgos.

5 mins lectura Jul 14, 2023

Cumpliste las 40 semanas y el tiempo de gestación ha terminado. Si no sientes contracciones debe ser que tu bebé está muy cómodo dentro de ti, sin embargo, esperar más es riesgoso, por lo que hablamos de inducir el parto.

Las últimas semanas de embarazo se tornan complicadas. Los dolores de espalda, cansancio en los pies y la fatiga por el peso del vientre hacen que este tiempo se te pase muy lento. Si aún no sientes las primeras contracciones que te indiquen que el momento ha llegado, inducir el parto puede ser la mejor alternativa para terminar la etapa de gestación y que conozcas a tu bebé.

           

¿Qué significa inducir el parto?

El parto inducido es un procedimiento obstétrico muy común que permite avanzar el alumbramiento de manera artificial, provocando la dilatación del cuello del útero y el inicio de las contracciones. Este proceso lo determina un médico y se realiza solo si existen complicaciones tanto para la mamá como el bebé.

 

¿Por qué se realiza?

Existen varios motivos por los cuales un médico determina que se debe inducir el parto buscando minimizar el riesgo de la madre y el bebé, entre ellas están:  

  • Cuando el trabajo de parto no comienza después de romper la fuente.
  • 1 a 2 semanas después de la fecha probable de alumbramiento y no se haya iniciado el trabajo de parto. Esto se conoce como embarazo prolongado.
  • Una infección en el útero.
  • No hay suficiente líquido amniótico alrededor del bebé.
  • Diagnóstico de preeclampsia o eclampsia.
  • Cuando el peso estimado del bebé es inferior al percentil 10 para la edad gestacional.
  • Cuando se presenta diabetes gestacional.
  • Desprendimiento de la placenta.
  • Por enfermedades cardíacas, pulmonares o renales, y obesidad.

 

¿En qué momento del embarazo se puede realizar?

Mamá teniendo a luz a su bebé por parto inducido

La inducción del parto es un proceso que se debe realizar entre la semana 39 y 42 cuando la madre aún no siente contracciones o está en riesgo la vida de alguno de los dos. Esta opción debe ser aprobada por un médico quién determina en qué momento exacto se realiza el procedimiento.

 

Diferencias entre parto natural e inducido

El parto natural, como su nombre lo indica es cuando el cuerpo de manera espontánea se prepara para el alumbramiento apareciendo las contracciones sin necesidad de medicamento, mientras que el inducido si requiere de ayuda y los síntomas son provocados por agentes externos.

Son dos formas válidas de dar a luz, sin embargo, el cuerpo de la madre funciona distinto en cada una. A continuación, te contamos algunas diferencias entre el parto inducido y el natural:

  • El dolor de las contracciones: en el parto natural, el dolor llega gradualmente intensificándose poco a poco. En el inducido, al contrario, es más intenso y comienza de inmediato. Generalmente deben inyectarte medicamento para aliviar un poco el dolor.
  • El trabajo de las hormonas: tu cuerpo libera oxitocina para estimular las contracciones en el parto natural, mientras que, en el inducido, deben aumentar sus niveles de forma artificial para que las contracciones duren más.
  • Reflejo de eyección fetal: es la necesidad de pujar de un momento a otro, esto sucede en el parto natural, mientras que cuando induces el parto, nunca lo experimentas y necesitarás de más ayuda para dar a luz.
  • Movimiento en el trabajo de parto: Generalmente en un proceso natural el médico te pide que camines de un lado a otro, ¡incluso que bailes! para que tu cuerpo se prepare a lo que viene, en el inducido esto no pasa porque debes estar acostada en una camilla monitoreando tus signos vitales y las del bebé todo el tiempo.

 

¿Cómo es el proceso de parto inducido?

Enfermera alzando al bebé luego del parto inducido

Para la inducción del parto existen varios métodos que no son tan agresivos y sugieren menos riesgos para la madre y el bebé. A continuación, te mencionamos los más comunes:

Madurar el cuello del útero: se suministran prostaglandinas en el interior de la vagina o por vía oral para madurar el cuello del útero. Luego se controlan las contracciones y la frecuencia cardíaca del bebé. En algunos casos, se coloca un catéter con un globo inflable y solución salina en la punta para lograr el mismo efecto.

Separar las membranas: el médico pasa un dedo cubierto con un guante sobre el revestimiento del saco amniótico cerca del feto, separando el saco del cuello uterino, lo que puede ayudar a iniciar el trabajo de parto.

Romper el saco amniótico: se realiza una pequeña incisión, el orificio hace que se rompa la fuente y ayudando a que inicie el trabajo de parto. Este procedimiento solo se realiza si el útero está parcialmente dilatado.

Inyectar medicamento: El médico suministra por vía intravenosa una versión de oxitocina artificial o Pitocin, para que el útero se contraiga. Es muy eficaz para acelerar el trabajo de parto y que las contracciones aparezcan rápidamente.  

Ninguno de estos métodos lastima al bebé ni a la mamá, pero siempre deben controlarse los signos vitales hasta el momento del parto.

 

Riesgos y complicaciones

Enfermera ayudando a la madre en el proceso del parto inducido

En cualquier procedimiento siempre existirá un riesgo leve y más cuando estás en periodo de gestación. Aunque la inducción del parto es recomendada por los médicos, aquí te contamos algunas de las complicaciones que pueden pasar:

  • Inducción de parto fallido: si luego de 24 horas de haber practicado alguno de los métodos mencionados no hay alumbramiento, es necesario hacer una cesárea.
  • Infecciones: es posible que aumente el riesgo de infección tanto para la madre como para el bebé. Ten en cuenta que cuanto más tiempo pase entre la ruptura de la membrana y el trabajo de parto, existe mayor probabilidad.
  • Frecuencia cardíaca fetal baja: los medicamentos que hacen que el útero se contraiga demasiado pueden provocar la reducción del suministro de oxígeno al bebé y baja frecuencia cardiaca.
  • Sangrado después del parto: es posible que los músculos del útero no se contraigan adecuadamente provocando esta complicación.

Es primordial cuidar de ti y de tu bebé en este último periodo del embarazo. Si el médico te recomendó la inducción del parto, debes seguir todas las indicaciones y llenarte de paciencia porque ya se acerca el momento de conocer a tu bebé.

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